


Lucca es una pequeña ciudad de la Toscana, en el próspero norte de Italia. Allí hay una prisión. Y en la prisión cumple condena un músico llamado Chet Baker. No ha matado a nadie, pero las garras de la heroína se clavaron en casi todos los grandes del jazz, y Chet Baker fue muy grande. A la altura de Charlie Parker, Miles Davis, Charles Mingus o Dizzie Gillespie… pero blanco e irresistiblemente apuesto.
Cada jueves sus carceleros le permiten tocar una trompeta prestada, son notas que conmueven al pueblo porque escapan a través de los barrotes de su celda. Hay una mujer en el callejón tras la cárcel. Ama a Chet y a su música. Y hay un hombre, un perfume, un atraco a una gasolinera que sale mal… Y la redención del jazz. Siempre el jazz…
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En «Baladas de la cárcel de Lucca», obra teatral de Máximo Mintaka, hay cuatro personajes, una narradora y un trompetista en prisión: Chet Baker. Después, también, cuatro músicos en escena, con Alex Otheguy (trompeta, arreglos y dirección musical) y una coda dramática final con misterio y corazón. El universo singular de un músico y cantante que intentó atravesar con su propia luz las zonas más oscuras. En el vértigo de su búsqueda, pesaron las drogas y los sueños inalcanzables. Culturamas.
Autor: Máximo Mintaka
Dirección: Antonio Dyaz
Trompeta, dirección musical y arreglos: Alex Otheguy
Reparto: Patricia Peñalver, Verónica Gregory, Irene Barsanti, Félix Granado, Diego Levene. El 6 de octubre actuará Mar Ramos Osuna.
Puesta en escena: Patricia Peñalver
Diseño de escenografía: Haydée Pino
Adaptación escenográfica: Olpho Velasco
Técnica de iluminación y sonido: Raquel Moreno
Aquí encontrarás algunos enlaces de interés:
Reportaje sobre Chet Baker